FINAL&SIGUE



no existe un lugar ideal para crear arte, lo importante es la gente que forma ese lugar”.

Arte contemporáneo en tabasco o la historia invisible


Cuando hablamos de Arte generalmente pensamos en grandes artistas como Picasso, Rivera , Kahlo o en grandes galerías y museos de otros países como sería Nueva York, Paris, quizás Oaxaca o Monterrey en México y jamás pasa por nuestro pensamiento que en un apartado rincón de un país irremediablemente surrealista se haga Arte en serio, gente joven, noveles creadores dialogando entre si sus vivencias y percepciones de un mundo cambiante, mas acelerado que nunca, creadores bien plantados en el suelo ,en donde la idea principal es el análisis de la relación del arte con el mundo, la relación del arte con ellos, siempre se las han arreglado solos, migrantes de sus sueños...siempre migrantes .
Hacedores de arte que tienen la necesidad de determinar aquello que caracteriza su tiempo, ¿Puede no competirnos este mundo actual (local y universal) que vivimos? ¿Cómo no asumir este nuevo paisaje contemporáneo que cotidianamente vivimos, y levantarnos cada día, consumiendo, incorporando y reproduciendo sus consecuencias en cada gesto, trivial o vital?
La pregunta es solo una gran ingenuidad, romántica y solar, dedicada al antiguo altar de un arte intemporal, bello y tranquilizador, nos podría hacer creer que eso es posible. Lo inesperado de esa quimera es que entonces, los acontecimientos nos ponen letreros en las espaldas, lacitos en el cuello y hasta medallas en la solapa, y no nos enteramos nunca del sentido de todo ello. ¿No nos hemos sentido aludidos ante las chocantes situaciones propias de nuestra época?: Por un lado, la paradójica propuesta de este tiempo que proclama su adhesión a la globalización y al mismo tiempo celebra con el mismo entusiasmo la diferencia; y por otro lado el conflictivo papel del arte de este lugar: o el artista es fiel a su memoria, a las marcas de identidad y a las condiciones propias de su contexto, pero entonces su arte esta condenado a un localismo superficial, provinciano, folklórico, atrasado, condenado al aislamiento, al estancamiento y a la fosilización de su cultura. Quizás solo esas subjetividades artísticas pueden reordenar, según su propio filtro y singularidad, la profusión de las culturas globales y totalitarias, quizás son los únicos reductos ante la omnipresencia de la homogeneidad. Por eso, no es casualidad que en el ámbito del arte contemporáneo se revalorice el ámbito de lo subjetivo: lo íntimo, lo cotidiano, lo corporal, los saberes paralelos, las biografías anónimas, las experiencias personales, las "historias de vida", ese costado intenso de la memoria, es decir, esas pequeñas verdades. Que a fin de cuentas son las mismas verdades en todos los tiempos y en todos los espacios.


Lucy Ovilla
Chiapas

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